Insistir con la creación como medio para mejorar nuestra salud mental, es porque en la actualidad lo que entendemos por realidad se ha complejizado. Ya no es sólo lo dado de antemano, sino que también esta presente lo dándose con nuestra creatividad incluída.

Pero lo que me interesa cada vez más es la importancia que en nuestro trabajo clínico tiene el “acontecimiento”. Entendiendo por tal, lo que existe en nuestra experiencia más allá de todo suceso casual y explicativo. Estoy hablando de ese “contexto de creación” siempre cambiante donde acontece el hecho de una realidad viva que sigue dándose. Que “las galaxias se siguen expandiendo” como dicen los cosmólogos y astrónomos, se está convirtiendo en metáfora de una realidad dándose en la que participamos. Es así, dado que en la dimensión del acontecimiento somos parte de esa “expansión” de un mundo que se sigue creando.

Como psicoanalista que piensa desde la clínica me ha llevado a relativizar la representación psíquica que parte de la percepción y pensamientos a dados que nos determinan. La teoría de crisis vital que hace años vengo desarrollando, me lleva a una experiencia terapéutica donde lo vivido tiene in-formación (tendencia a nuevas formas) y es previo a todo lenguaje, interpreta “la inmediatez de la experiencia” a través de símbolos vivos que no representan la realidad como suceso, pero si dan cuenta del acontecimiento a través de la imaginación creativa. El campo terapéutico incluye tanto al paciente como al terapeuta de diferente manera.

Esta tercera edición no tiene correcciones ni agregados, esos desarrollos han sido publicados en nuevos libros, su edición tiene por finalidad el “insistir” en el acto creativo como factor central de la cura.

La creación agrega una perspectiva en psicoterapia que no se le ha dado la importancia que para mi tiene. Al énfasis dado al pasado que se repite, como tarea analítica que trata de desentrañar, se agrega ha guiado hacia el futuro que por ser desconocido bloquea y nos fija al pasado o el presente que tranquiliza por ser lo conocido. Abrimos el futuro a través del acontecimiento nos libera de todo determinismo generador de patología.

No estamos negando lo oculto que hay que liberar del pasado y presente, como suceso, determinante, sino que sumamos la participación nos desbloquea al vivenciar lo que adviene sin tanta angustia. Este hecho terapéutico además capta “el sentido” orientador hacia el porvenir, superamos así un pasado refugio de significados perdidos causa de malestar y enfermedad.

La búsqueda de sentido no es lo mismo que la búsqueda de significado, porque apunta y orienta hacia el porvenir. El acto creador da sentido a nuestros anhelos de auto superación “con” los demás, por eso cura.